Cuando hemos hecho una ascensión a una gran montaña, por regla general, solemos tomarnos luego algún día de descanso. Este es propicio para ir de compras y aprovechar para mandar alguna postal en la que se vea la montaña que hemos subido y enviársela a la familia. Con el paso del tiempo he podido recuperar algunas de esas postales y escanearlas. Se que hay bastantes más por ahí perdidas... algún día daré con ellas y las pondré por aquí.
De momento pondré estas.

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